Hermosillo, Sonora.– “Que pague quien tenga que pagar, aunque no me devuelvan la vida de mi hija”, expresó con la voz quebrada Luis Fernando Quintero, padre de Zelma Adilene Quintero Rojas y abuelo de los dos pequeños hijos de la joven enfermera, todos fallecidos en la explosión e incendio ocurridos el sábado en la tienda Waldo’s del centro de Hermosillo.

Originaria del puerto de Guaymas, Zelma Adilene perdió la vida junto a sus hijos Rafael Alejandro y Danna Alejandra en la tragedia más grave registrada en Hermosillo desde el incendio de la Guardería ABC. Los tres se encontraban dentro del establecimiento al momento del siniestro.

En el Hospital San José, donde Zelma trabajaba como enfermera, compañeros y personal médico le rindieron un homenaje cargado de emoción y dolor. Decenas de trabajadores se reunieron en el estacionamiento del nosocomio para elevar globos blancos al cielo y dedicarle un largo y sonoro aplauso que se prolongó durante varios minutos.

“Fue una gran compañera, siempre sonriente, siempre dispuesta a ayudar”, comentaron entre lágrimas sus colegas, quienes acompañarán a la familia en la ceremonia de despedida programada para este sábado por la mañana antes del traslado de los cuerpos a Guaymas.

La tragedia de Zelma y sus hijos se ha convertido en símbolo del clamor social que exige justicia y transparencia en las investigaciones. Su padre, devastado pero firme, reiteró que no descansará hasta que se determinen responsabilidades: “Mi hija no merecía morir así, ni mis nietos. Que se diga la verdad y que pague quien tenga que pagar”.

El dolor de una familia se ha convertido en el rostro más humano de una catástrofe que enluta a todo Sonora.