Por Antonio López Moreno
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que el desierto de Sonora alberga uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes y enigmáticos a nivel mundial, el cual podría incluir un calendario ancestral utilizado por las etnias originarias de la región para medir el tiempo y organizar su vida social y agrícola.
En esta vasta región desértica se concentra una gran cantidad de petrograbados y pinturas rupestres que evidencian una compleja comprensión simbólica del entorno, desarrollada por sociedades prehispánicas que habitaron el noroeste del actual estado de Sonora.
Entre estas sociedades destaca la Cultura Trincheras, con un periodo de ocupación que va aproximadamente del año 200 al 1450 de nuestra era, reconocida no solo por sus petroglifos, sino también por la producción de cerámica decorada con pigmentos de color púrpura.
Uno de los sitios más relevantes es La Proveedora, ubicado en el municipio de Caborca, donde se localizan alrededor de mil 500 piedras grabadas que concentran entre seis mil y 10 mil diseños, muchos de ellos asociados con patrones geométricos recurrentes.
La UNAM señala que uno de estos grabados, tallado en una roca de basalto de gran tamaño y situada a unos 35 metros sobre la planicie, presenta una serie de círculos y figuras geométricas que han sido interpretadas como un posible sistema de medición del tiempo, vinculado con los solsticios y equinoccios.
Este diseño se repite en distintos puntos del sitio arqueológico, lo que sugiere que no se trata de una representación aislada, sino de una estructura cultural compartida que habría permitido a las antiguas comunidades organizar sus ciclos agrícolas y rituales.
Según el comunicado, estas sociedades eran sedentarias y agrícolas, con cultivos como maíz, frijol y calabaza, y requerían un conocimiento preciso de los ciclos naturales para planificar la siembra y la cosecha en un entorno extremo como el desierto.
Además de su función práctica, el posible calendario ancestral tendría un fuerte contenido simbólico, al reflejar una forma de entender el mundo y el paso del tiempo, así como la relación entre la comunidad, la naturaleza y los fenómenos astronómicos.
La UNAM destacó que el desierto de Sonora fue una región densamente poblada y culturalmente significativa, cuya extensión abarca cerca de 300 mil kilómetros cuadrados entre México y Estados Unidos, y que aún conserva numerosos sitios arqueológicos sin registrar.
Finalmente, la institución informó que se desarrollan investigaciones científicas para analizar los microcomponentes de la piedra, con el fin de obtener una datación más precisa de los grabados y profundizar en el conocimiento sobre este posible calendario ancestral de las culturas originarias de Sonora.



















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