Washington, D.C.— Este martes, millones de estadounidenses acuden a las urnas en una contienda electoral histórica para decidir entre el expresidente Donald Trump, candidato republicano, y la actual vicepresidenta Kamala Harris, por el partido demócrata. Trump ya ha logrado victorias iniciales en los estados de Kentucky e Indiana, mientras que Harris se ha asegurado Vermont. Las votaciones se mantienen ajustadas, especialmente en siete estados clave donde se prevé que el resultado podría inclinar la balanza: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.

En esta elección, ambos candidatos se enfrentan en un entorno político intensamente polarizado. Harris asumió la candidatura demócrata luego de que Joe Biden decidiera no postularse nuevamente, lo que en principio le otorgó un fuerte respaldo. Sin embargo, las encuestas han mostrado un escenario de empate técnico en las semanas previas a la elección. Los primeros resultados dan cuenta de una elección reñida, en la que la ventaja de cualquiera de los dos podría reducirse a un puñado de votos electorales en los estados bisagra  .

Ambos candidatos han intensificado sus discursos en la recta final de la campaña. Trump ha sugerido, de manera polémica, que desplegaría a las fuerzas armadas en contra de lo que llama “enemigos internos”, mientras Harris ha respondido subiendo el tono de su campaña, acusándolo de promover ideologías extremas y afirmando que protegerá los valores democráticos del país. Además, figuras influyentes del partido demócrata, como Barack Obama y Michelle Obama, han expresado públicamente su apoyo a Harris, enfatizando la importancia de una administración que defienda la inclusión y el respeto a los derechos civiles.

La participación anticipada de millones de votantes subraya la importancia de esta elección, en la que se decidirá no solo el próximo presidente, sino el rumbo político de Estados Unidos en un contexto de tensiones internas y desafíos globales.