En el corazón del Valle del Yaqui, la poderosa sanadora indígena María Matuz dejó una huella imborrable en la medicina tradicional y la cultura yaqui. Nacida en Casas Blancas (Vícam), su fama trascendió México por sus habilidades curativas: desde pedir lluvia durante sequías hasta sanar enfermedades crónicas con plantas y prácticas ancestrales. Negada a hablar español, se comunicaba solo en su lengua materna, y sus dones le valieron el reconocimiento institucional tras su muerte en 2012.
Hoy, esa tradición vive con fuerza en su sobrina, María Francisca Rosario Matuz, mejor conocida como Doña Panchita, quien combina el conocimiento heredado con la atención institucional moderna. Recientemente, la Cofepris aprobó el primer consultorio de medicina tradicional indígena en el país, ubicado en el Hospital IMSS-Bienestar de Vícam Switch, Sonora.
En este espacio único, Doña Panchita atiende diariamente a más de 20 pacientes —incluyendo mujeres embarazadas, niños y jornaleros— ofreciendo tratamientos a base de hierbas medicinales como anís estrella, batamote, torote prieto y hoja de guayaba, así como técnicas tradicionales como masajes y limpias. El modelo integra la medicina convencional con la ancestral, incluso con la colaboración de parteras capacitadas por el IMSS para ofrecer un enfoque integral.
Este consultorio no solo es un reconocimiento institucional al saber indígena, sino también un puente tangible entre dos formas de curación que benefician directamente a la comunidad yaqui. “Aquí se cura de todo… Cuando traen algún dolor, vienen aquí”, afirma Doña Panchita.
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