El mundo del rock está de luto: Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y fundador de Black Sabbath, falleció a los 76 años, solo dos semanas después de su concierto de despedida en el festival “Back To The Beginning”.
Apodado “el Príncipe de las Tinieblas” y “el Padrino del Metal”, Ozzy desafió todos los límites durante más de cinco décadas. Superviviente de adicciones, accidentes y enfermedades, fue protagonista de episodios legendarios como el mordisco a un murciélago en pleno escenario o su transformación en estrella de reality junto a su familia.
Pese a enfrentar Parkinson, lesiones y caídas, Ozzy se mantuvo activo hasta el final, grabando álbumes como Patient Number 9 (2022), que le valió un Grammy, y participando en eventos como la clausura de los Juegos de la Commonwealth.
Nacido en Birmingham, Inglaterra, Osbourne cambió la historia del rock al fundar Black Sabbath en 1969, junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward. Discos como Paranoid y Master of Reality dieron forma al metal como lo conocemos hoy.
Más allá de la música, su vida fue una montaña rusa de excesos, violencia, redención y amor, especialmente con Sharon Osbourne, su esposa y figura clave en su carrera. Su muerte marca el fin de una era, pero su voz, su locura y su legado vivirán eternamente en el corazón del metal.
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