La Victoria, Hermosillo.– En medio del calor del desierto y bajo la sombra de los mezquites de La Victoria, una comunidad rural al norte de Hermosillo, más de 100 integrantes de la familia Angulo se reunieron este 2025 para celebrar lo que ya es una tradición entrañable: la Angulada, una fiesta familiar que desde 2017 se realiza con el único propósito de honrar los lazos, las raíces y el amor que une a esta gran familia sonorense.
La historia de los Angulo se remonta a la llegada de Alberto Angulo Guzmán, quien dejó su rancho en Culiacán, Sinaloa, para trabajar en la costa de Hermosillo donde construir una historia de amor y de vida jnto a su esposa Filiberta Ramírez en esta nueva tierra. Se establecieron en La Victoria, donde formaron una gran familia de nueve hijos, de los cuales hoy sobreviven tres: Sergio, Eduardodina y Paulita, guardianes vivos de la memoria familiar.
Desde entonces, la familia ha crecido y se ha ramificado, dando lugar a cuatro generaciones que hoy conviven, comparten y se redescubren cada año en la Angulada. Para muchos, este encuentro representa la oportunidad de conocer nuevas caras, de abrazar a los que vienen de lejos, y de recordar a quienes ya no están.
En esta séptima edición, celebrada con música, comida, risas y muchas historias compartidas, los Angulo volvieron a demostrar que la familia es más que un apellido: es una herencia viva que se alimenta del cariño, del respeto por los mayores y de la alegría de los más pequeños.
La Angulada no solo celebra a los Angulo; celebra la vida misma, la memoria de quienes fundaron un hogar en tierras sonorenses, y la fuerza de una comunidad que se mantiene unida por el amor y por el orgullo de pertenecer a una historia común. Una historia que, generación tras generación, sigue escribiéndose con el mismo corazón.
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