Ciudad de México, 28 de marzo de 2025 — Un violento terremoto de magnitud 7.4, el más fuerte registrado en Myanmar en más de un siglo, sacudió este viernes al sudeste asiático y provocó una ola de emergencias que ya dejó decenas de personas atrapadas, daños estructurales severos y regiones completas declaradas en desastre.

El sismo ocurrió a las 8:25 de la mañana, hora local, con epicentro en el estado Shan, al noreste de Myanmar y muy cerca de la frontera con Tailandia. La sacudida fue tan potente que se sintió en varios países vecinos, incluyendo Laos, Vietnam y el sur de China. En Tailandia, uno de los países más afectados, las autoridades han declarado oficialmente zona de desastre en varias provincias del norte, y reportan al menos 80 personas atrapadas en derrumbes.

Las escenas en Chiang Rai, Chiang Mai y otras localidades tailandesas son dramáticas: edificios colapsados, calles agrietadas y equipos de rescate trabajando contrarreloj para salvar vidas. Un hospital rural, una escuela y un hotel son algunos de los puntos donde se concentran las labores más urgentes.

El gobierno tailandés activó su protocolo de emergencia nacional. El primer ministro Srettha Thavisin encabeza personalmente la respuesta y ha solicitado apoyo internacional ante la magnitud del desastre.

En Myanmar, donde el epicentro fue registrado a tan solo 10 kilómetros de profundidad —lo que amplificó su impacto—, la situación es incierta. La inestabilidad política, el control militar y las dificultades en las comunicaciones han dificultado el flujo de información, pero organizaciones humanitarias han reportado cortes de energía, colapsos estructurales, comunidades desplazadas y derrumbes en templos históricos.

A pesar de la magnitud del sismo, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico descartó riesgo de tsunami. Sin embargo, expertos advierten que podrían registrarse réplicas severas durante los próximos días, por lo que se mantiene una alerta regional.

El impacto psicológico también ha sido fuerte. En Bangkok, a más de 750 kilómetros del epicentro, se ordenó la evacuación de escuelas y edificios públicos tras sentir con fuerza el temblor. En redes sociales circulan imágenes del pánico en centros comerciales, oficinas y viviendas.

La comunidad internacional ya ha comenzado a movilizar ayuda. Naciones Unidas y organizaciones como la Cruz Roja Internacional han ofrecido apoyo logístico, médico y humanitario.

Este terremoto, ya calificado como “el más devastador en la región en más de 100 años”, podría convertirse en un parteaguas para la preparación sísmica en el sudeste asiático, una zona con alta actividad geológica pero estructuras en muchos casos vulnerables.

La tragedia aún se está escribiendo. Las próximas horas serán clave para el rescate de sobrevivientes y la atención a miles de personas afectadas por el terremoto del siglo.