Por Luciano Sabatini
LA OPINIÓN
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos este 20 de enero plantea retos y también oportunidades importantes para México. Su anterior administración se caracterizó por políticas agresivas hacia el sur, tanto en materia migratoria como comercial, y ahora, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, el país deberá buscar un equilibrio entre el diálogo diplomático y la protección de sus intereses.
Para estados fronterizos como Sonora, el impacto del regreso de Trump puede ser aún más significativo, ya que este estado mantiene relaciones clave con Arizona a través de la Megarregión Sonora-Arizona, un proyecto binacional que ha impulsado la cooperación económica, cultural y de infraestructura en ambos lados de la frontera. Aquí, los sonorenses debemos estar bien atentos, pues ésta es la clave de la importancia estratégica de Sonora en este nuevo panorama geopolítico que arranca: la magarregión debe convertirse en un modelo para la relación simbiótica de las dos naciones, y a su vez un ejemplo de resistencia a las políticas del nuevo mandatario estadounidense, bajo los mandatos de Alfonso Durazo, en Sonora, y Katie Hobbs en Arizona.
RIESGOS Y BENEFICIOS CON TRUMP
En un análisis de los riesgos de la llegada de Trump para la megarregión, hay que poner atención en:
1. Endurecimiento de las políticas migratorias: Las deportaciones masivas y el posible reforzamiento del muro fronterizo pueden generar tensiones en la dinámica de colaboración, sobre todo en materia de movilidad laboral y comunitaria.
2. Restricciones comerciales: Trump ha demostrado disposición para imponer aranceles como herramienta política, lo que podría afectar sectores estratégicos para Sonora, como la agricultura y la manufactura.
3. Desaceleración de proyectos conjuntos: Si la retórica anti-México se intensifica, algunos proyectos binacionales de infraestructura, logística y energía podrían verse comprometidos o retrasados.
4. Tensiones diplomáticas locales: La relación entre las autoridades de Arizona y Sonora podría verse afectada si se priorizan las narrativas de confrontación desde la Casa Blanca.
Pero, también cabe enlistar una serie de oportunidades y beneficios potenciales para la Megarregión Sonora-Arizona:
1. Reindustrialización de América del Norte: Las políticas de Trump que buscan relocalizar cadenas de suministro pueden beneficiar a Sonora como destino estratégico para la inversión manufacturera.
2. Colaboración en seguridad energética: Sonora, con su liderazgo en la producción de litio, podría convertirse en un socio clave para Estados Unidos en la transición energética.
3. Fortalecimiento del comercio regional: El T-MEC sigue siendo un marco de protección para las relaciones comerciales, y la Megarregión podría aprovechar esto para consolidar su posición como un corredor estratégico entre ambos países.
4. Atracción de inversión en infraestructura: Proyectos de infraestructura fronteriza podrían recibir apoyo si se enmarcan en intereses comunes de desarrollo económico.
EL PAPEL DE CLAUDIA SHEINBAUM Y ALFONSO DURAZO
La presidenta Sheinbaum y el gobernador sonorense Alfonso Durazo trabajarán de la mano para proteger los intereses de Sonora en este nuevo contexto. La Megarregión Sonora-Arizona debe ser defendida como un ejemplo de colaboración binacional que genera beneficios tangibles para ambas naciones.
Trump ya ha demostrado que puede ser un socio difícil, pero también pragmático. Para México, el reto será posicionar a la Megarregión no solo como un modelo exitoso, sino como un proyecto indispensable para la prosperidad compartida en la frontera.
La clave estará en no ceder ante la retórica divisoria y apostar por la diplomacia inteligente, la cooperación local y el fortalecimiento de la comunidad fronteriza, garantizando que Sonora no solo resista, sino que prospere en esta nueva etapa de la relación bilateral.
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