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Hermosillo y el problema del millón de vehículos

Hermosillo y el problema del millón de vehículos

REPORTAJE

Hermosillo, 27 de Septiembre.- La capital sonorense enfrenta un serio problema de movilidad con casi un millón de vehículos circulando diariamente por sus calles, una cifra que ha prácticamente duplicado desde la pandemia. El incremento de autos ha generado congestionamientos severos a todas horas del día, afectando la calidad de vida de los habitantes.

El alcalde *Antonio Astiazarán* ha implementado medidas como el transporte eléctrico gratuito para estudiantes y la construcción de nuevos pasos a desnivel, como el del cruce entre los bulevares Colosio y Solidaridad, con el objetivo de reducir el tráfico. Sin embargo, expertos y asociaciones civiles aseguran que los esfuerzos son insuficientes debido a la falta de una infraestructura adecuada y a un deficiente sistema de transporte público.

*Ernesto Urbina*, director de la asociación civil “Hermosillo ¿Cómo Vamos?”, advierte que la problemática vehicular ha empeorado drásticamente en los últimos cinco años, destacando que la ciudad debe optar por un “modelo de ciudad de 20 minutos”, que permita a los ciudadanos acceder a servicios esenciales en poco tiempo dentro de sus comunidades. Urbina también resaltó que Hermosillo es la segunda ciudad en el país con más accidentes de tránsito, superada solo por Monterrey, según datos del INEGI.

Por su parte, *Ovier Jesús Quintero*, vocero del departamento de Tránsito, señaló que el reto para las autoridades es cada vez mayor, ya que las “horas pico” se han ampliado desde el inicio del ciclo escolar. También advirtió que, con el tráfico y la falta de un transporte público eficiente, es difícil manejar el flujo vehicular y evitar accidentes. La ciudad está saturada de vehículos, muchos de ellos sin registro o provenientes de otros estados, lo que agrava aún más la situación.

*El futuro de la movilidad en Hermosillo* se enfrenta a grandes desafíos, y la solución requiere no solo inversión en infraestructura, sino también un cambio cultural que incentive el uso del transporte público y medios alternativos como la bicicleta, promoviendo así una movilidad más eficiente y sostenible.

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